Nueva York, 1968. Frank Lucas es el taciturno chófer de un importante mafioso negro de Harlem. Cuando su jefe muere inesperadamente, Frank aprovecha la oportunidad para construir su propio imperio. Gracias a su talento, se convierte no sólo en el principal narcotraficante de la ciudad, inundando las calles con productos de mejor calidad y precio, sino también en un hombre público muy respetado. Richie Roberts, un policía incorruptible marginado por su honradez que conoce bien las calles, se da cuenta de que una persona ajena a los clanes trepa por la escalera del poder. Tanto Roberts como Lucas comparten un estricto código ético que les aparta de los demás y los convierte en dos figuras solitarias en lados opuestos de la ley. Cuando se encuentren, el enfrentamiento entre ellos será inevitable

El estudiante universitario Jason Collins está video-chateando con su amigo de la infancia Craig Johnson. Craig habla sobre una caja de drogas que está intentando mover e intenta persuadir a Jason para que deje que Craig envíe las drogas a su casa, ofreciéndole una parte de las ganancias. A pesar de la renuencia de Jason, Craig le envía un mensaje de texto con el número de seguimiento del paquete. Un mensajero entrega el paquete de Craig a la casa de los Collins. Jason firma por el paquete y lo lleva a su habitación, descubriendo que contiene una gran cantidad de pastillas en una bolsa, así como un dispositivo de seguimiento. Agentes de la Administración de Control de Drogas llegan y entran a la casa; Jason huye pero es perseguido por el agente Cooper.

Un horticultor de noventa años y veterano de la Guerra de Corea se convierte en mula de la droga para un cartel mexicano.